Cultivo

Nivel de dificultad de cultivo

No todas las semillas de marihuana son iguales, además de las diferencias que pueden tener a nivel morfológico o genético, una de las grandes diferencias es que unas son muy sencillas de cultivar mientras que otras necesitan todo tipo de atenciones.

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Las indicaciones sobre la facilidad de cultivo de las semillas es información teórica ofrecida por los fabricantes, o en su defecto, la que se desprende de sus rasgos genéticos y en ningún caso quiere decir que puedas cultivar estas semillas de marihuana. Solo podrás cultivar estas semillas de marihuana si la legislación lo permite en tu zona, consulta a un abogado antes de pedir, toda la responsabilidad es del comprador.

Dentro de esta categoría separamos las semillas de nuestro catálogo en tres secciones según su dificultad de cultivo, puedes encontrar semillas fáciles de cultivar, medias y complicadas, estas últimas solo están recomendadas para expertos que ya tengan experiencia.

La dificultad de cultivo puede variar debido a factores como: las necesidades de alimentación de las plantas, periodos de floración largos o características del crecimiento o la floración que las hacen más o menos delicadas.

Las diferentes necesidades de cultivo

Las variedades de semillas de marihuana cuentan con diferentes necesidades de cultivo en función de sus características. En países donde el cultivo de Cannabis está regularizado es posible adquirir semillas con el fin de germinarlas y obtener flores. En estos casos, sí es útil prestar atención a las necesidades de cultivo de cada variedad. 

Existen variedades de semillas que presentan más dificultades para el cultivo que otras. Al igual que existen cepas de Cannabis que cuentan con mayor adaptabilidad que otras y están más estabilizadas a determinados climas. La elección de la cepa con las necesidades de cultivo adecuadas depende de las condiciones de cultivo.

La especie Cannabis Sativa cuenta con 2 importantes subgéneros, que pueden determinar las necesidades de cultivo. Por un lado, se encuentra el subgénero Índica y por otro el Sativa. El subgénero Índica se ha desarrollado en zonas del planeta cercanas a montañas, como el Himalaya, la zona del Hindu Kush y similares. 

Esta geolocalización convierte a las semillas de variedades Índicas en más resistentes, por lo que de forma general, se precisan menos necesidades de cultivo. No obstante, si se pretende cultivar una variedad Índica en una zona de clima más templado, es posible que se precise alguna herramienta de control de clima para adaptar la temperatura a la del espécimen.

Por otro lado, las variedades del subgénero Sativa, de forma tradicional, cuentan con más necesidades de cultivo. Son plantas que adquieren mayor altura, por lo que muchas veces es preciso controlar esta para que la planta no se desmadre y alcance altura exagerada. En algunos casos, las variedades Sativas pueden alcanzar hasta 4 metros de altura en cultivos del exterior, por lo que es comprensible el uso de técnicas como el SOG o SCROG para facilitar el desarrollo.

Además, las variedades de semillas Sativas suelen contar con más necesidades de cultivo porque son más delicadas, espigadas y menos frondosas. Las Índicas, por su parte, cuentan con una estructura más fuerte, con forma de abeto de navidad, que puede soportar mejor inclemencias climáticas debido a la zona en la que se originaron. En definitiva, las variedades Sativas suelen presentar más necesidades de cultivo que las Índicas, aunque esto dependerá mucho del fenotipo de que se obtenga de cada semilla.

Otros factores que indican las necesidades de cultivo

Además del subgénero de la planta, otro factor que determina las necesidades de cultivo es la resistencia que la propia variedad pueda tener a determinados aspectos. Por ejemplo, existen variedades que demandan menos necesidades de cultivo por el hecho de ofrecer resistencia a plagas y enfermedades.

Existen cepas que pueden comportarse de manera óptima ante plagas como los minadores y otras que pueden sufrir más con este tipo de problemas. También existen variedades con mejor adaptación climática a determinadas temperaturas, como el caso de las Sativas que funcionan mejor en zonas cercanas al ecuador o las Índicas que funcionan estupendamente en zonas con veranos más cortos.

Asimismo, existen cepas que precisan de mayores necesidades de cultivo por el hecho de precisar mayor aporte nutritivo, mientras que existen variedades que no necesitan tal aporte nutritivo. También hay cepas que tienen mejor funcionamiento, en países donde el cultivo es legal, en medios hidropónicos, sustrato de tierra, etc.

En definitiva, las necesidades de cultivo de una variedad de Cannabis dependen de la variedad, subgénero y del propio fenotipo que se pueda obtener de una semilla. De esta forma, es posible que dos semillas de la misma variedad pueden dar, por un lado, una variedad con mayores necesidades de cultivo, y otra con menos facilidad.