¿Cómo abonar la Marihuana?

Llegados a un momento de la temporada, todo buen cultivador tendría que tener sus semillas ya plantadas, con un buen crecimiento y ya deseando algo de buena comida. Cómo abonar la Marihuana es un arte así que vamos a repasar los básicos de esta tarea. La planta de Cannabis necesita de ciertos componentes para su correcto desarrollo, de no darle los productos necesarios y de la forma adecuada puede cambiar una gran cosecha, por una cosecha desilusionarte.

La Importancia del Abono en el Cultivo de Marihuana

El arte de abonar la marihuana es una técnica fundamental para obtener plantas saludables y productivas. Sin un aporte adecuado de nutrientes, las plantas de cannabis pueden sufrir de deficiencias que afecten tanto su crecimiento como la calidad y cantidad de la cosecha. A través de una fertilización equilibrada, es posible maximizar el potencial de la planta, permitiendo que desarrolle sus características naturales al máximo.

Abonar correctamente asegura que las plantas tengan todo lo que necesitan en cada etapa de su ciclo de vida, desde el crecimiento vegetativo hasta la floración. Este conocimiento es esencial, ya que un abono inadecuado puede resultar en problemas como la sobrefertilización o deficiencias, complicando el proceso y reduciendo la calidad final del producto.

En este artículo, vamos a explorar en profundidad los básicos sobre abonar cannabis, así como hacer una introducción a los diferentes tipos de abonos, cuándo y cómo aplicarlos, y cómo identificar los signos de carencias y excesos para mantener a tus plantas en las mejores condiciones posibles. Finalmente, te proveeremos de enlaces para ampliar cada una de las secciones de esta contenido, como por ejemplo, para profundizar en los nutrientes básicos NPK, y muchos otros.

Tipos de elementos que necesita la marihuana

Los principales elementos principales para una óptima nutrición de nuestras niñas son los NPK (nitrógeno, fósforo y potasio), aunque también son muy necesarios los llamados elementos secundarios, estos son Azufre (S), el calcio (Ca) y el magnesio (Mg). Por otra parte tendremos también los oligoelementos, el hierro (Fe), el cobre (Cu), el manganeso (Mn), el boro (B), el cinc (Zn), cloro (Cl), molibdeno (Mo) y el sodio (Na). Vamos a verlos un poco más en detalle.

Los elementos principales son aquellos que más necesita una planta, en comparación con nosotros serían las comidas de cada día, esto son los famosos NPK antes comentados. Es vital tener un abono de crecimiento y uno de floración para cubrir estos básicos de la planta de Marihuana. Los abonos de crecimiento son más ricos en Nitrógeno aunque llevan también algo de Fósforo y Potasio. Los abonos de Floración son más ricos en Fósforo y Potasio.

Los elementos secundarios son aquellos abonos que cubren necesidades no tan básicas de la planta de Marihuana, aunque son secundarios y no vitales, su utilización mejora drásticamente los niveles de éxito y satisfacción con un cultivo.

Las plantas toman los oligoelementos en cantidades muy pequeñas y se pueden medir en miligramos (mg) o partes por millón (ppm). Los oligoelementos aunque solamente representan una pequeña proporción de la necesidad global de fertilizantes, su importancia no debe subestimarse, desempeñan un importante papel en el soporte de la conversión enzimática de nutrientes a material vegetativo y tienen una función directa en el proceso fotosintético. Así mismo, si cualquier microelemento está a un nivel demasiado bajo o indisponible para el soporte de crecimiento, entonces otros importantes nutrientes de fertilizantes no funcionarán adecuadamente y se reducir el ratio de crecimiento.

Una vez entendida esta teoría, tenemos que ponernos a la práctica, investigar más y no dejar de visitar nuestra sección de abonos para el cultivo de marihuana donde podrás ver todos y cada uno de ellos, así como preparados para una vida más fácil y una maximización de los resultados. Allí también puedes comprobar los nutrientes que lleva cada uno y como funcionan.

Tipos de Abonos: Orgánicos vs. Minerales

Cuando se trata de abonar la marihuana, es importante conocer los diferentes tipos de fertilizantes disponibles, ya que cada uno tiene sus propias características, ventajas y desventajas. Principalmente, los abonos se dividen en dos categorías: orgánicos y minerales. Ambos pueden ser efectivos, pero la elección entre uno u otro dependerá de factores como el tipo de cultivo, las preferencias del cultivador y el entorno en el que se encuentran las plantas.

Abonos Orgánicos

Los abonos orgánicos están compuestos por materia vegetal, como compost, estiércol o extractos de plantas. Una de las principales ventajas de los fertilizantes orgánicos es que mejoran la estructura del suelo y fomentan un ecosistema de microorganismos beneficiosos. Esto no solo favorece la salud de las plantas, sino que también promueve una fertilidad sostenida del suelo a largo plazo.

Además, los nutrientes presentes en los abonos orgánicos se liberan de manera más lenta y gradual, lo que reduce el riesgo de sobrefertilización. Este tipo de abono es ideal para quienes buscan un enfoque más natural y sostenible en el cultivo de marihuana. Sin embargo, los resultados pueden ser menos inmediatos en comparación con los fertilizantes minerales, ya que dependen de la descomposición y actividad microbiana.

Abonos Minerales

Por otro lado, los abonos minerales están formulados a partir de sales minerales que proporcionan nutrientes de forma rápida y directa a las plantas. Estos fertilizantes son conocidos por su precisión y eficiencia en la entrega de nutrientes específicos, lo que permite a los cultivadores ajustar rápidamente las necesidades de las plantas en función de su etapa de desarrollo.

Los fertilizantes minerales son especialmente útiles en situaciones donde se busca un control estricto de la nutrición, como en cultivos intensivos o hidropónicos. No obstante, el uso de estos abonos requiere un manejo cuidadoso para evitar problemas como la acumulación de sales o la sobrefertilización, que pueden afectar negativamente a las plantas y al entorno del cultivo.

Plan de abonado para una planta de marihuana

La mejor opción para el 90% de los cultivadores es escoger una línea de una marca en concreto y utilizar todos los productos según indica el fabricante. En las tablas de cultivo que cada fabricante proporcion se puede saber exactamente qué producto usar en cada momento concreto del cultivo. Normalmente, todas las marcas tienen una que te podemos proveer en enlace anterior.

Etapas del Cultivo y Necesidades Nutricionales

Cada etapa del ciclo de vida de la marihuana tiene necesidades nutricionales específicas que deben ser satisfechas para garantizar un crecimiento saludable y una floración abundante. Conocer las demandas de nutrientes en cada fase es clave para planificar un abonado adecuado, que maximice el rendimiento y la calidad de la cosecha.

Fase de Crecimiento Vegetativo

Durante la fase de crecimiento vegetativo, la planta de marihuana se enfoca en desarrollar su estructura, es decir, tallos, hojas y raíces fuertes. En esta etapa, el nitrógeno (N) se convierte en el protagonista, ya que es fundamental para el crecimiento de los tejidos vegetales y la producción de clorofila. Un buen aporte de nitrógeno permite que las plantas crezcan vigorosamente, con un follaje denso y verde.

Además del nitrógeno, es importante que las plantas reciban cantidades equilibradas de fósforo (P) y potasio (K). El fósforo contribuye al desarrollo de raíces fuertes, mientras que el potasio mejora la resistencia de la planta al estrés y fortalece su estructura. En esta fase, un fertilizante equilibrado con una mayor proporción de nitrógeno será ideal para promover un crecimiento vegetativo saludable.

Fase de Floración

Cuando la planta entra en la fase de floración, sus necesidades nutricionales cambian significativamente. Aquí, la prioridad se desplaza hacia el fósforo y el potasio, ya que estos nutrientes son esenciales para la formación y desarrollo de las flores, que eventualmente se convertirán en cogollos resinosos.

El fósforo juega un papel crucial en la producción de flores densas y bien formadas, mientras que el potasio ayuda a mejorar la calidad y cantidad de la resina, esencial para obtener cogollos potentes y aromáticos. En esta etapa, es importante reducir el aporte de nitrógeno, ya que un exceso puede interferir con la floración y afectar la calidad final de la cosecha.

Durante la floración, es recomendable utilizar fertilizantes específicos para esta fase, que contengan altos niveles de fósforo y potasio, y bajos en nitrógeno. Esto ayudará a que las plantas concentren su energía en la producción de cogollos grandes y resinosos, logrando así una cosecha más abundante y de mayor calidad.

Entender las necesidades nutricionales en cada etapa del cultivo es fundamental para optimizar el abonado de la marihuana. En las siguientes secciones, exploraremos cómo planificar un programa de fertilización eficaz y cómo ajustar las dosis según las respuestas de las plantas.

Programación de la Fertilización: Cuándo y Cómo Abonar

Para obtener los mejores resultados en el cultivo de marihuana, es fundamental establecer una programación de fertilización bien estructurada. Saber cuándo y cómo abonar en cada fase del ciclo de vida de la planta garantiza un desarrollo saludable, y además también maximiza la producción y calidad de los cogollos. A continuación, te presentamos algunas pautas clave para crear un programa de fertilización efectivo.

Abonado en la Fase de Crecimiento Vegetativo

Durante las primeras semanas de vida, las plantas de marihuana requieren una dosis moderada de nutrientes, principalmente aquellos ricos en nitrógeno, para fomentar un crecimiento vigoroso. Un error común es empezar con dosis altas desde el principio, lo cual puede causar estrés y retrasar el desarrollo. Es recomendable comenzar con una concentración reducida del fertilizante, alrededor del 50% de la dosis recomendada por el fabricante, y aumentarla gradualmente a medida que la planta crece y muestra una demanda mayor de nutrientes.

La frecuencia de la fertilización durante esta fase depende del tipo de sustrato utilizado. En suelos enriquecidos o sustratos pre-fertilizados, se puede abonar cada dos semanas. En cultivos hidropónicos o en sustratos inertes, la fertilización deberá ser más frecuente, aproximadamente una vez por semana, ajustando las concentraciones según la respuesta de la planta.

En esta fase se recomienda empezar con un estimulador de raíces, como puede ser Root Juice, para continuar con un abono de crecimiento de la misma marca, en este caso el Bio Grow, ambos productos son de la prestigiosa marca BioBizz, conocida por ser productos de alta calidad, origen vegetal y muy buen precio.

Abonado en la Fase de Floración

Al entrar en la fase de floración, la marihuana cambia sus necesidades nutricionales, enfocándose más en el fósforo y el potasio, elementos que apoyan el desarrollo de flores grandes y densas. Durante las primeras semanas de floración, es aconsejable continuar con un fertilizante equilibrado que incluya nitrógeno, pero en menor cantidad. A medida que avanza la floración, se debe transicionar a un abono específico para floración con una alta concentración de fósforo y potasio.

La fertilización en esta etapa es crítica, ya que un aporte insuficiente de nutrientes puede resultar en flores pequeñas o malformadas, mientras que el exceso de fertilizantes puede quemar las raíces o causar acumulación de sales. Es recomendable seguir una programación regular, abonando una vez por semana, y realizar un riego con agua pura entre las aplicaciones de fertilizante para evitar la sobrefertilización.

En la fase de floración se recomienda empezar con un aboono completo de floración como puede ser Bio Bloom, el cual debemos complementar al menos con un suplemento de la misma marca, en este caso el Top Max. Todos los productos mostrados en esta guía son fertilizantes de la marca BioBizz, ya que es lo recomendable, como hemos comentado.

Ajustes Basados en las Respuestas de la Planta

Es importante recordar que cada planta es única y puede reaccionar de manera diferente a las condiciones externas, técnicas aplicadas, y obviamente, a la fertilización. Por ello, es fundamental observar de cerca las señales que las plantas dan, como el color de las hojas, la vigorosidad del crecimiento y la formación de flores. Si las hojas comienzan a amarillear o mostrar quemaduras en las puntas, puede ser una señal de sobrefertilización, y será necesario ajustar la dosis o frecuencia de los abonos.

En resumen, una programación de fertilización adecuada es crucial para el éxito en el cultivo de marihuana. Conocer las necesidades de las plantas en cada etapa y ajustar el abonado según su respuesta te permitirá maximizar la calidad y cantidad de tu cosecha, evitando problemas comunes como la sobrefertilización o deficiencias de nutrientes.

Signos de Carencias y Excesos de Nutrientes

Uno de los aspectos más importantes en el proceso de fertilización es aprender a reconocer los signos de carencias y excesos de nutrientes en las plantas de marihuana. La capacidad de identificar estos problemas de manera temprana puede marcar la diferencia entre una planta saludable y una que sufre, lo que afecta directamente la calidad y cantidad de la cosecha. A continuación, te mostramos cómo detectar y corregir los desequilibrios nutricionales más comunes.

Carencias de Nutrientes: Señales de Alerta

Las carencias de nutrientes se manifiestan de distintas maneras, dependiendo del nutriente específico que falta. Por ejemplo, una deficiencia de nitrógeno suele causar un amarillamiento de las hojas más antiguas, comenzando desde la base de la planta hacia arriba. Esto se debe a que el nitrógeno es móvil dentro de la planta, y cuando escasea, la planta lo redistribuye desde las hojas más viejas hacia las más jóvenes.

Otra deficiencia común es la de fósforo, la cual puede hacer que las hojas desarrollen un color púrpura o azul oscuro, especialmente en las hojas más jóvenes. Además, la planta puede mostrar un crecimiento lento y debilidad estructural. El potasio, por su parte, es esencial para la fotosíntesis y el transporte de agua. La carencia de Potasio puede evidenciarse a través de bordes de las hojas quemados o manchas marrones, lo que indica un problema en la regulación hídrica de la planta.

Detectar estas señales a tiempo es crucial para ajustar el abonado y prevenir que la deficiencia afecte negativamente el desarrollo de la planta. Si observas alguno de estos síntomas, es recomendable aumentar la dosis del nutriente deficiente o utilizar un fertilizante más balanceado.

Exceso de Nutrientes: Reconociendo los Síntomas

Así como la falta de nutrientes puede causar problemas, el exceso también es perjudicial. La sobrefertilización puede llevar a un fenómeno conocido como «quemadura de nutrientes», donde las raíces no pueden absorber la cantidad excesiva de sales, lo que resulta en una acumulación que termina dañando la planta. Los síntomas más comunes incluyen puntas de las hojas quemadas o enrolladas, un oscurecimiento anormal del follaje y un crecimiento atrofiado.

El exceso de nitrógeno se manifiesta en hojas de un verde muy oscuro, casi negro, y un crecimiento excesivo de las hojas en detrimento de la floración. El fósforo en exceso puede provocar un bloqueo de otros nutrientes, como el zinc o el hierro, mientras que demasiado potasio puede interferir con la absorción de calcio y magnesio, causando un desequilibrio general en la planta.

Si identificas signos de sobrefertilización, lo mejor es realizar un lavado de raíces, utilizando agua pura para eliminar el exceso de sales acumuladas en el sustrato. Esto permitirá que la planta recupere un equilibrio adecuado y pueda seguir desarrollándose de manera saludable.

Conocer y entender los signos de carencias y excesos de nutrientes es esencial para un cultivo exitoso. Una observación cuidadosa y ajustes oportunos en la fertilización pueden prevenir muchos problemas, asegurando plantas vigorosas y una cosecha de alta calidad.

Cómo Evitar la Sobrefertilización: Estrategias y Consejos

La sobrefertilización es uno de los problemas más comunes y dañinos que pueden enfrentar los cultivadores de marihuana. Este exceso de nutrientes puede causar un bloqueo en la absorción de elementos esenciales, llevar al estrés de la planta y, en última instancia, reducir la calidad y cantidad de la cosecha. Afortunadamente, existen varias estrategias que puedes implementar para evitar este problema y mantener tus plantas en perfectas condiciones.

Comienza con Dosis Bajas

Una de las reglas de oro para evitar la sobrefertilización es comenzar siempre con dosis bajas de fertilizante, especialmente si estás utilizando un producto por primera vez. Es preferible subdosificar y aumentar gradualmente, en lugar de arriesgarse a dañar las plantas con una dosis alta desde el principio. En las primeras semanas de vida de la planta, una concentración del 50% de la dosis recomendada es un buen punto de partida. Esto permite observar cómo reaccionan las plantas antes de incrementar la cantidad de nutrientes.

Utiliza Medidores de EC y pH

El uso de medidores de Conductividad Eléctrica (EC) y pH es una práctica indispensable para mantener el control sobre la fertilización. El medidor de EC te ayudará a monitorear la concentración de sales en la solución nutritiva, asegurando que no excedas los niveles adecuados para cada etapa del cultivo. De igual manera, mantener un pH adecuado es crucial, ya que fuera del rango óptimo, las raíces pueden tener dificultades para absorber ciertos nutrientes, lo que puede llevar a la sobrefertilización o a deficiencias.

El pH ideal varía según el sustrato y el método de cultivo, pero generalmente, en suelo, debería mantenerse entre 6.0 y 7.0, mientras que en hidroponía o sustratos inertes, un rango de 5.5 a 6.5 es más apropiado. Ajustar y controlar estos parámetros regularmente puede prevenir muchos problemas relacionados con la nutrición.

Riega con Agua Pura Regularmente

Otro método efectivo para evitar la acumulación de sales y la sobrefertilización es intercalar riegos con agua pura entre las aplicaciones de fertilizante. Esto ayuda a eliminar cualquier exceso de nutrientes en el sustrato y proporciona un descanso para las raíces, permitiéndoles recuperarse y funcionar de manera más eficiente. Además, un riego con agua pura también facilita la absorción de otros nutrientes en aplicaciones posteriores.

Atención a las Señales de las Plantas

Finalmente, la observación constante es clave. Las plantas suelen mostrar signos tempranos de sobrefertilización, como puntas de hojas quemadas o un crecimiento anormalmente lento. Al notar cualquiera de estos síntomas, es importante actuar de inmediato, ya sea reduciendo la dosis de fertilizante o realizando un lavado de raíces para limpiar el sustrato. La rapidez en la respuesta puede hacer una gran diferencia en la recuperación de las plantas y en el éxito final de la cosecha.

En resumen, evitar la sobrefertilización es un equilibrio entre la prudencia, el monitoreo constante y la capacidad de ajuste. Siguiendo estas estrategias, puedes mantener tus plantas saludables, optimizando el crecimiento y asegurando una cosecha de alta calidad sin correr el riesgo de sobrecargar el sustrato con nutrientes.

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Brais Nieto

Fundador de Experiencia Natural, creativo y emprendedor, diseñador, master en grower y marketing. Por una normalización de todas las plantas y sustancias primando pacientes y usuarios.