Soy juez penal y mi hija cultiva Marihuana
El juez penal, Mario Juliano, se declara ‘militante’ de la despenalización del consumo de marihuana y la legalización progresiva de las sustancias y la regulación de los mercados para luchar contra el tráfico de drogas. El magistrado escribió un breve texto para la publicación on-line Cosecha Roja en el que «presenta su caso» en relación a la actividad de su hija, Luz Juliano, que básicamente cultiva marihuana. Ésta además es secretaria de la Asociación Civil para el estudio de la cultura Cannabica de Necochea y Quequén (Cannabicultores Necochea). En la primera persona, el padre y la hija informan su posición con respecto al uso del Cannabis:
Soy un juez penal y mi hija cultiva marihuana
Mi nombre es Mario J, tengo sesenta años de edad y hace dieciocho años que me canjeo como juez penal. Yo nunca he consumido sustancias prohibidas generalmente conocidas bajo el signo de «drogas». Les comento en la presente carta que no lo considero como un mérito ni como un defecto. Simplemente como un hecho de la realidad, de modo que los empleados temporales de lectura pueda leer un poco mas.
Una de mis hijas mayores de edad (tengo seis niños que van desde el 4 años de edad hasta los 31), es una productora y consumidora de Cannabis.
En otras épocas, quizá no tan remota, esta circunstancia habria levantado la preocupación familiar, el miedo de ver «a nuestros hijos» hundidos en el vicio, la frustración de su juventud. Habíamos consultado a «especialistas» y si mal no iba a venir, habíamos obligado a realizar un tratamiento (internación incluida) para colocar en el buen camino su vida.
Sin embargo estoy orgulloso de mi hija y de su opción de vida y puedo tener la certeza de que apenas llegará a involucrarse en situaciones de riesgo relacionadas con las drogas.
Ella se relacionaba a otros niños y niñas que también cultivan y consuman marihuana y sin duda no era ningún prejuicio para la sociedad, más bien se destacaban como deportistas, artistas, comerciantes, personal, padres y madres de familia, hijos, tíos, sobrinos. Personas que se levantan todos los días temprano para ir a trabajar y a buscar el sustento.
Y también me enseñó que detrás de esta opción de vida una lucha profunda existe para fortalecer los beneficios de la libertad, como lo ordena el preámbulo de la Constitución.
Sin ser un consumidor y sin esta posibilidad de estar dentro de mis planes, me he convertido en un militante más por la despenalización del consumo, para la legalización progresiva de las sustancias, para la regulación de los mercados como estrategia para acabar con la la mafia, a la resistencia de redes el tráfico de drogas y sacar de la cárcel las personas que están prohibidas indebidamente la libertad por consumir tales psicoactivos.
Soy un cultivadora de marihuana y mi papá es juez penal
Tengo 31 años, soy mamá de un bebé, soy abogada y activista cannabica. Comencé a fumar marihuana hace 10 años, con mis amigos y amigas, solo por diversión. Desde el principio estaba interesada por el cultivo de la planta y poco a poco fui aprendiendo y mejorando mis técnicas de cultivo. Fumo porque agrada y lo mejor es que me hace sentir bien, porque me siento identificada con la cultura cannábica. Lo uso para recrearme y también como medicina. Tengo la suerte de que mi familia siempre está conmigo, él (mi padre) me acompaña en todo.
Me siento orgullosa de que mi familia aceptan mi modo de vida y están concientes de que lo que hago no tiene ningún perjuicio para la sociedad.
Mi papá es un juez penal, y estudié derecho penal después de su ejemplo y de su educación. Estoy verdaderamente muy admirada del apoyo que me ha ofrecido en cuanto a la legalización de la marihuana. Cuando le dije que armábamos una asociación de Cannabicultores, dijo “: ¡Esta excelente, te apoyo, ve hacia adelante! La peor cosa que pude hacer es permanecer tranquila”, nuestro objetivo es luchar por nuestros derechos y hoy tenemos y contamos con personal jurídico y somos una entidad de la propiedad del gobierno.
Los cultivadores luchamos por la Autocultivación para el consumo personal y medicinal. La cultura cannábica sólo me dio cosas buenas: para aprender a cultivar hay que poner en práctica la enseñanza anteriormente adquirida, esto es una labor que conlleva paciencia y esfuerzo.
Hay que concentrarse en los detalles, prestar atención y respetar profundamente los fundamentos de la naturaleza ya que las propiedades cannabicas si no se usan de la forma correcta pueden resultar completamente una desgracia. Cultivo mis plantas porque no quiero recurrir a productos de mala calidad, sino más bien deseo vender mis propios productos.
Imagen de Cosecha Roja
Licenciado en Biología Molecular, gestor de contenidos y responsable de tienda en Experiencia Natural. Viviendo la vida, hablando de Cannabis Sativa, padre. Número de colegiado es 20787-X.
El vinculo entre padres deberia ser uno de confianza y respeto. Los hijos confian en sus padres tanto como confiemos en ellos. No son «propiedad» sino un privilegio. Este es un ejemplo de confianza. Un padre, que conciente de sus enseñanzas , esta 100% confiado en sus hijos. Claro que como padres le das consejos, pero no puedes obligarlos a seguir los. Uno se conforma con que sean unos buenos ciudadanos. Este duo es admirable.