La Legalización de la Marihuana, más cerca
¿Hay que legalizar la marihuana?
La prohibición de la marihuana tiene alcance mundial y lleva más de 50 años de vigencia. Pero décadas más tarde de su prohibición en casi todo el mundo, se hace evidente que estas políticas han resultado equivocadas y se vuelve a poner el debate sobre la mesa.
El motivo formal que se usó en su día para prohibir la marihuana era el supuesto efecto que esta droga tiene en la salud, aunque para llegar a esas conclusiones no se usaran estudios científicos de ningún tipo. Si quieres ampliar información sobre la prohibición del Cannabis, puedes leer este otro artículo.
Hoy podemos decir que hay numerosas investigaciones que concluyen que sus efectos no son más nocivos que aquellos del tabaco o el alcohol, que sin embargo se pueden consumir abiertamente. Si además tenemos en cuenta que el consumo de marihuana no ha bajado desde su prohibición sino que por el contrario, ha aumentado, tenemos motivos claros para proponer su legalización.
Si bien es difícil luchar contra años de prejuicios, cada vez más se escuchan voces de reconocidos políticos e intelectuales que defienden la normalización de su producción, distribución y consumo, y discuten el tema abiertamente. Y cada vez son más los países dispuestos a replantearse la utilidad o conveniencia de la prohibición.
Hay numerosas señales de que lentamente se avanza en dirección a su reconocimiento como una droga blanda, de uso recreativo y con numerosas propiedades medicinales. Afortunadamente, se reinicia el diálogo y se reabren ciertas preguntas. Hablar de la marihuana ya no es un tabú.
¿Cuáles eran los principales argumentos a favor de su prohibición y por qué fallan?
Seguro has escuchado muchas veces algo sobre la teoría de la marihuana como puerta de entrada a drogas más duras. Esta teoría básicamente dice que es fácil que quien comience fumando maría quiera probar luego otras drogas, y por lo tanto la marihuana es solo el primer paso en un camino de drogas más peligrosas. Y creo que sería inútil negar que muchos adictos a coca o heroína, por ejemplo, han comenzado fumando porros.
¿Pero cuál es la relación entre estas drogas? La respuesta es sencilla: si la marihuana es ilegal, tendrás que comprarla ilegalmente, a menos que tengas tus propias plantas. Y cuando quedes con el camello, nada le impedirá ofrecerte otras sustancias que también vende. Es decir, lo que te acercará a esas otras drogas no será la marihuana en sí, sino la necesidad de recurrir a un sistema de distribución ilegal por el que se vende una amplia variedad de productos. Diferente sería si la vendieran en el estanco.
Otro de los argumentos habituales es que si fuera legal, todo el mundo acabaría fumando y se dispararía su consumo. En esta materia, hay numerosos estudios que confirman una y otra vez que no hay relación entre un acceso más fácil y un aumento de consumidores. El caso de Holanda es un ejemplo de ello. Por el contrario, lo prohibido le da un aura de aventura o de picardía que de hecho lo hace más atractivo a los ojos de muchos jóvenes.
¿Y cuáles serían las ventajas de legalizarla?
Primero, el cambio de concepto en relación a los consumidores: en lugar de ser delincuentes son personas con un problema de salud, en el peor de los casos. Si una persona fuera adicta a cualquier sustancia, debería recibir asistencia médica, pero no ir a una prisión. Este cambio de óptica implica dejar de marginar a los consumidores y evitar un problema de desintegración social.
A su vez, al ser un negocio legal, ofrecería una serie de garantías y ventajas económicas. Es decir, por un lado se garantizarían controles de calidad, un mejor conocimiento del mercado, mejores precios y competitividad.
Por otro lado, la maría llevaría un impuesto similar al del alcohol o el tabaco, que se podría invertir en educación y políticas activas de prevención, en investigación o en asistencia sanitaria. Y se le aplicarían otros impuestos, como el IVA. Generaría además puestos de trabajo, sea para su cultivo, distribución o venta, lo cual ayuda a reducir el desempleo y genera más ingresos al fisco en concepto de Seguridad Social e IRPF. Según las estimaciones, supondría unos ingresos anuales de 400 millones euros.
También se ahorrarían dinerales desproporcionados destinados a perseguir a quien se fuma un porrito en el parque o a la señora que tiene 3 macetas en su balcón. Se gasta demasiado presupuesto a luchar contra una droga suave, prácticamente inofensiva.
Otra importantísima consecuencia de esta legalización es que dejaría fuera del juego a los narcotraficantes, quitándoles de las manos un negocio millonario, pero que además tiene un elevado precio en sangre. La violencia, criminalidad y corrupción de los narcos van en aumento.
Finalmente, al ser una actividad y una sustancia legal, se podría regular su uso y tomar medidas para prevenir ciertos efectos secundarios o consecuencias derivadas del consumo. Es decir, se podría determinar el máximo de THC permitido para conducir, la edad mínima de acceso al consumo, los espacios permitidos para fumar, entre otros, de la misma forma en que se hace con el tabaco y el alcohol.
¿Han habido logros en esta campaña por la legalización de la marihuana?
Seguramente no tanto como quisiéramos, pero sí que han habido algunos pasos decisivos.
En el 2011 se creó una Comisión Global de Políticas contra la Droga en el que participaron varios países, incluyendo EE.UU. Asistieron personajes de la talla de Kofi Annan, Javier Solana o Mario Vargas Llosa, entre otros, y plantearon la necesidad de un cambio de rumbo en las políticas contra las drogas. Considerando el fracaso de las políticas prohibicionistas y a la vista de que el consumo de casi todas las drogas ha aumentado en los últimos 10 años, el debate se abre hacia la despenalización y legalización.
El principal argumento a favor de la legalización de las drogas en general es la imposibilidad actual de elaborar políticas sanitarias que ayuden a que disminuya el riesgo sobredosis o de contraer enfermedades contagiosas. Además, hay voluntad de evitar la estigmatización de consumidores inofensivos.
En España particularmente, el consumo o cultivo de marihuana no están penalizados, y cada vez vemos más asociaciones canábicas que, en el marco de la ley, cultivan y distribuyen marihuana entre sus socios. Políticos, asociaciones y ciudadanía reclaman cada vez más abiertamente que se legalice el Cannabis.
Estas iniciativas, sumadas a la cada vez más abundante documentación científica sobre sus efectos en la salud y aplicaciones en medicina, van allanando el camino a la legalización de la marihuana. ¡Esperemos ver avances significativos pronto!
Licenciado en Biología Molecular, gestor de contenidos y responsable de tienda en Experiencia Natural. Viviendo la vida, hablando de Cannabis Sativa, padre. Número de colegiado es 20787-X.